La selva lacandona, en Chiapas, pierde cada día un poco de su territorio. Los lacandones son pocos, muy pocos, cada vez menos. Pasan los años y la gran familia se viene poco a poco abajo. Todos lo saben, pero prefieren callarse.
En el pueblo de Nahá (1), todos se reunieron como de costumbre delante del templo, última huella de un pasado glorioso. Esperaban la llegada del anciano, jefe del pueblo y única persona capaz de inspirar a la comunidad con relatos muy remotos, con sueños, con leyendas. Sólo Shan k’in Viejo, sólo él, sabía cosas del futuro, cosas del más allá. Hacía de las historias la Historia del pueblo lacandón. Y hoy iba a revelar al pueblo sus predicciones, las últimas que los Dioses acababan de mandarle.
Apareció el hombre de entre los árboles como una mancha blanca surgida de un pasado lejano. Tardó en llegar hasta el templo. Cada paso que daba era todo un pensamiento, un planteamiento, una idea. Todos decían de él que su pelo larguísimo tenía muchos poderes. El hombre alcanzó por fin el lugar donde solía hablar, levantó la mirada al cielo y se dirigió a los suyos :
« Pueblo sagrado, Pueblo descendiente de los Mayas, y por eso pueblo verdadero, vengo a ver a mi gran familia porque los Dioses me han hablado. Sí que me han hablado. He quemado mucho pom (2) en mis incensarios de barro. Me han dado las gracias por la comida (2). Me han hablado a mí. Me han hablado a mí y a vosotros también. Ach Ak Yum (3) me ha hablado de un líquido negro que saldrá de las entrañas de la tierra y que volverá locos a algunos hombres. Me han hablado de los árboles que irán perdiendo sus hojas. Me han hablado del desierto seco, de unas hormigas con armas. ¡Pueblo! ¡Pueblo! Yo ya soy viejo y los sueños son lo mío y siempre me hablan de nuestra vida, de nuestro mundo… He intentado apaciguarlos pero … »
Con tan sólo esas palabras, el anciano ya estaba agotado. Habló con fuerza, con lo poco que le quedaba. El hombre miró al cielo y siguió su discurso:
« ¡Pueblo! ¡Pueblo! Pueblo sagrado, pueblo descendiente de los Mayas, y por eso pueblo verdadero, a todos los Hach Winik, a la Gente Verdadera, quiero decirle que hay nubes por encima de nuestras casas. Los pájaros ya lo saben. Muchos de ellos ya se han ido a otra parte más tranquila. Tenemos que ir selva adentro. Quieren despojarnos. ¿Adónde iremos? Pues, no me lo han dicho los Dioses. Pero lo cierto es que los malos vientos se acercan a nuestros niños. Creo que los Dioses nos han castigado, sí nos han castigado ».
Shan k’in Viejo dejó de mirar al cielo. Agachó la cabeza y miró la tierra. Recogió un puñado de tierra, besó el polvo y se dirigió con paso lento hacia su caribal (4). Ese beso que todos entendieron anunciaba una marcha, tal vez una despedida. El pueblo se quedó sin decir nada. Los hombres que habían comprendido el mensaje del anciano se miraron. Las palabras « líquido negro, árboles sin hojas, desierto seco, hormigas con armas » evocaban en ellos realidades diarias difíciles de aguantar. Quedaron en verse al día siguiente, al amanecer, para preparar la marcha. Querían evitar « los malos vientos » como lo habían hecho los pájaros.
1 – Najá ou Nahá : palabra lacandona « Casa del agua ».
2 – Pom: palabra lacandona, aquí resina de un árbol. El humo que sube al cielo sirve de alimento a los dioses lacandones.
3 – Ach Ak Yum: Dios creador del universo.
4 – Caribal: palabra lacandona, aquí casa.
5 – Desde hace muchos años, las tierras de los Lacandones, por ser muy valiosas, son el teatro de atropellos, de saqueos, de desalojos, de apropiaciones organizados por el mismo Gobierno mexicano; de ahí las metáforas de Shan K’in Viejo que cobran aquí sentido (« líquido negro » = el petróleo; « árboles sin hojas y desierto » = la deforestación; « hormigas con armas » = intervención violenta del ejército y de los paramilitares).
Texte écrit par M. Bel BAHLOUL
Correo electrónico : bel.bahloul@laposte.net
Shan K’in Viejo y los malos vientos. | ||
01 | El relato. | |
02 | Vocabulario. | |
03 | Unas preguntas. | |
04 | El documento del alumno. | |
05 | Leer, buscar, contestar. | |
06 | Traducir unas frases. |