El padre-madre.

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55 años, Luis Palomares, fotógrafo en paro, se ocupa de las tareas domésticas y de sus dos hijos : Juan José de 16 años y Álvaro de 4 mientras su esposa trabaja como planchadora fuera de casa.

 

padremad5wpLas circunstancias de la vida me han convertido en un amo de casa. Así son las cosas. Me quedé en paro hace un año, y desde entonces mi mujer – planchadora de profesión – decidió coger más trabajo mientras que yo me encargaba de los hijos y del hogar. Es algo que no me pilla de nuevas porque yo siempre he colaborado en casa. Aunque mi oficio es el de fotógrafo, he trabajado en muchas cosas, pero a mi edad ya no me quieren en ningún sitio.

Cuando me vi con la carta de despido, supe que tenía que hacer algo para no dejarme arrastrar por la situación. Ocuparme de la casa es buen remedio contra la depresión que acarrea estar parado. Sentirme útil es muy importante. Sería horrible que mi mujer llegara de trabajar y se encontrara con la comida sin hacer y todo empantanado.

padremad4wpMi jornada comienza sobre las ocho de la mañana. Desayuno, ventilo la casa y dejo a mi hijo pequeño, Álvaro, de cuatro años, en la guardería. Muchos días llevo en coche a mi mujer hasta su trabajo. Después, hago la compra. El resto de la mañana, se me va en limpiar, ordenar y preparar la comida. A las dos y media, tengo la mesa preparada, para que cuando el mayor y mi mujer vengan, sólo tengan que sentarse. Al estar más tiempo con los hijos, te das cuenta de que el roce hace el cariño. Lo que yo hago ahora, te ayuda a valorar más el trabajo de las madres. Es una tarea que requiere ser muy detallista y muy paciente. Hay que estar en todo: cortarles las uñas, limpiarles los zapatos, tener preparada su ropa o sacarles la tierra de las zapatillas. Luego, está el tema de la educación : hay que hablar con ellos, estar encima para que hagan sus tareas y respeten las normas. Yo procuro que colaboren, que sepan que todos tenemos que aportar nuestro granito de arena. Este cambio de roles no significa que yo haya sustituido a la madre de mis hijos. Mis mujer está pendiente de cómo va todo. Ella es la que dice: pregúntale a la profesora de Álvaro esto. Yo hablo con la maestra y luego se lo cuento.

padremad3wpMuchos días, mi mujer no llega hasta las diez de la noche. A esas horas, ya he bañado y le he dado la cena a Álvaro, así que tiene el tiempo justo para contarle un cuento. Ella hace un gran sacrificio, pero está contenta porque ve que el resultado es bueno. Me siento muy orgulloso de poder colaborar en casa. No me escondo, limpio cristales o sacudo alfombras sin importarme si me ven las vecinas.

Cuando pienso que llevo toda la vida trabajando y que ahora me veo obligado a ampararme en mi mujer, me pongo de mal humor. Pero yo no soy quién para ir dando pena. Lo tengo claro : mientras la suerte laboral no me acompañe, mis hijos y mi casa son mi mundo.

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El padre-madre.
01 El relato.
02 Las 10 preguntas.
03 Unos ejercicios.
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